Coordinadora mapuche está debilitada pero no inactiva
Indígenas radicalizados continúan operando al interior de algunas comunidades de las regiones del Biobío (VIII) y de la Araucanía (IX).
IVÁN FREDES Y PEDRO LEZAETA
TEMUCO.- "Debilitada, pero no inactiva", define a la Coordinadora Arauco-Malleco (CAM) un informe de inteligencia policial de la radicalizada entidad mapuche, actualmente clandestina. Su estructura operativa fue desarticulada hace cuatro años, y sus líderes son buscados por la policía.
No obstante, ha perpetrado al menos siete atentados incendiarios contra camiones y maquinaria forestal, entre febrero y septiembre último.
Dos de sus líderes, Héctor Llaitul y José Huenchunao, coordinan las acciones de resistencia. Detenido se encuentra José Llanquileo, tercer hombre de la organización.
El debilitamiento de la CAM comienza en diciembre de 2002, con la detención de sus príncipales líderes. A ello se suma una división interna y pérdida de apoyo.
El grupo, que proclama la autonomía territorial, lo integran no más de un centenar de individuos, con parcial acogida en una docena de comunidades de Contulmo, Cañete, Arauco, Traiguén, Ercilla, Collipulli y Cholchol..
De acuerdo a informes policiales, la base de operaciones de la CAM es el sector sur de la región del Biobío, desde donde viajan agitadores a las comunidades de la IX Región. "En los atentados participan cuatro o cinco agitadores, con apoyo de tres o cuatro comuneros locales. Grupos pequeños que tras actuar abandonan la zona".
La CAM irrumpió violentamente en el movimiento mapuche en diciembre de 1997, en Lumaco, con la quema de dos camiones forestales.
Su mayor actividad se dio entre 2000 y 2002, declinando con la detención y enjuiciamiento por asociación ilícita terrorista de la mayoría de sus dirigentes. Aunque lograron ser absueltos en un juicio oral.
Clandestinos
La página internet Weftun señala que la CAM asumió la clandestinidad para defenderse de la represión y persecución política.
Ella constituye una adecuación táctica para continuar el trabajo orgánico en las comunidades mapuches.
"Hemos asumido nuevos métodos para sortear los riesgos de la persecución a través de una mejor disciplina y con una formación militante, cada vez más rigurosa, que permita afrontar con un compromiso mayor la difícil realidad de una clandestinidad activa".
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